"Aún me queda la risa", dijo Christopher Reeve, el actor de Superman, después de quedar tetrapléjico a causa de un accidente a caballo. Cuando escuché esta frase en el documental sobre su vida, me transportó de inmediato a esa habitación del hospital, a ese momento exacto en que el médico me dijo que estaba a punto de quedar paralítica. Después de un verdadero estado de shock y luego un ataque de llanto, me tranquilicé y le dije al médico: "Los brazos no, por favor, a mí me gusta dibujar". Con una sonrisa que combinaba ternura y sorpresa, me explicó por qué solo mis piernas corrían riesgo. En ese instante, me llené de energía y esperanza: aún me quedaban los brazos.
Creo que lo que me sucedió no se acerca ni un poco a lo que vivió ese actor, pero su historia me recordó algo importante: si el resto de mi vida debía transitarla en una silla de ruedas, aún me quedaban muchas cosas hermosas por vivir, muchas personas y lugares por conocer, muchas historias por escuchar, muchos sueños por cumplir, muchos dibujos por dibujar.
Confieso que no terminé el documental porque me empezó a hacer mal y me quería quedar con esta idea: no importa las circunstancias, siempre, siempre queda algo lindo por hacer.
Feliz año! Y vamos por un año más de cosas hermosas ✨️🙌💕

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